jueves, 16 de octubre de 2008

Él también lo merece


Mucho se está hablando estos días del Balón de Oro. La pelea por el preciado trofeo llega a su fin y cinco parecen ser los candidatos: Cristiano Ronaldo y su autoproclamación como merecedor del galardón, Iker Casillas y su "campaña" desde Madrid y España en general, Fernando Torres y sus declaraciones en France Football, Leo Messi y la recogida de firmas por el diario Sport en su favor y Xavi Hernández que no se ve merecedor del trofeo. Sin embargo, hay un gran olvidado en esta lista: Andrei Arshavin. El pequeño genio de San Petersburgo merece ser candidato como el que más. ¿Por qué?

Porque es decisivo. Porque contrariamente a lo que muchos afirman de que se borra en los partidos clave, en la Copa de la UEFA nos dejó exhibiciones en los momentos importantes del torneo: en Leverkusen en los cuartos de final, ante el Bayern en semifinales y en la final de Manchester.

Porque es la punta del iceberg de una generación que ha hecho renacer un fútbol tan histórico como el ruso. Porque fue semifinalista de la EURO. Porque con sólo tres partidos en Austria y Suiza le bastó para ser uno de los mejores del torneo. Porque hizo muy buen partido ante Suecia. Porque contra Holanda en cuartos de final nos dejó una de las mejores actuaciones individuales del campeonato.

Porque ha llevado a su equipo del alma a hacerse un nombre en Europa. Porque ha guiado a su Zenit a ganar la liga 24 años después. Porque el palmarés de títulos de este 2008 es difícilmente igualable con cuatro campeonatos en su haber: Liga rusa, Supercopa Rusa, Copa de la UEFA y Supercopa de Europa.

Porque es un jugador con una técnica exquisita. Porque hace que el fútbol parezca sencillo. Porque disfruta asistiendo a sus compañeros. Porque ayer nos volvió a dejar otra obra de arte de las suyas y ya he perdido la cuenta de las que lleva. Porque ha sido el jugador que más me ha hecho disfrutar en los últimos años. Por todo esto y mucho más, Andrei Arshavin también merece ser candidato al Balón de Oro.

Leer más...

lunes, 6 de octubre de 2008

Cuestión de tradiciones


Hay estadios a los que es mejor ni rendir visita. Si el Real Madrid tiene su campo maldito en Riazor, el Athletic lo tiene en el Sánchez Pizjuán. El conjunto de Caparrós, fiel a la tradición, volvió a salir derrotado y goleado de Nervión y ya son 16 años sin que los rojiblancos se traigan los tres puntos a Bilbao.

El utrerano sorprendió de inicio colocando a Javi Martínez -que acabó lesionado de la rodilla izquierda y estará aproximadamente un mes de baja- como acompañante de Llorente en la delantera, relegando a Ion Vélez al banquillo. El partido comenzó con poco ritmo. Con el Athletic bien plantado sobre el césped preocupándose por tapar bien las bandas y sin profundidad en ataque. Así transcurría el choque hasta que Jesús Navas le robó un balón a Balenziaga en la frontal del área. El extremo cedió a Kanouté para que marcara el primero de la tarde. El lateral guipuzcoano firmó su peor partido como rojiblanco hasta la fecha en su primer duelo de altos vuelos, ante un Navas que fue el mejor sevillista.

Pero no fue sólo el lateral de Zumarraga el que flojeó en la zaga. La defensa bilbaina hizo aguas en tres de los cuatro goles andaluces. El '7' sevillano volvió a ser protagonista en el segundo gol poniéndole un balón en la cabeza a Renato que se adelantó a Ocio en la frontal del área pequeña. Ya en el segundo tiempo, Adriano en una contra muy bien llevaba por todo el Sevilla definía ante Iraizoz. El cuarto era obra de Chavantón tras aprovechar un fallido intento de despeje de Amorebieta.

En ataque los rojiblancos se mostraron inoperantes. Apenas un par de aproximaciones por el área rival en todo el partido. La primera en una buena jugada de David López en el primer tiempo con el partido aún igualado que Llorente no acertó a controlar. Y la segunda, con 2-0 en el marcador, en un buen desmarque de Ion Vélez que tras regatear a Palop y escorarse demasiado se fue al lateral de la red tras rozar en un defensor.

En definitiva, partido para olvidar y preocupante inicio del póker de partidos que les espera a los pupilos de Caparrós -Sevilla, Barcelona, R. Madrid y Villarreal-. Esperemos que la semana que viene veamos al Athletic de los dos últimos partidos en San Mamés y pueda plantar cara a un Barcelona que viene crecido tras la goleada al Atlético, pero que tendrá como hándicap los compromisos internacionales.

Leer más...

miércoles, 1 de octubre de 2008

Los chicos de Wenger no dudan


El Arsenal recibía anoche al Oporto después de haber caído el sábado en Premier frente al Hull en el Emirates. La derrota podría haber llenado a los 'gunners' de dudas tras un inesperado desenlace, pero Wenger no dudó. Sacó un centro del campo de pura fantasía con Walcott, Fàbregas, Denilson y Nasri. Nada de especular y minimizar los riesgos. Los chicos de Wenger no saben jugar así y menos haciéndolo en el Emirates.

El partido empezó con la posesión para el Arsenal y con contraataques por parte de los portugueses. Las ocasiones llegaban en ambas porterías durante la primera media hora. Walcott y Van Persie pudieron adelantar a los londinenses pero fueron Lisandro y el 'Cebolla' Rodríguez los que más cerca estuvieron. El primero con un remate desde dentro del área a la salida de un córner que sacó Clichy desde la misma línea de gol y el uruguayo con un remate de cabeza que se fue tocando el larguero.

A la media hora de juego llegó el primero de la noche. Fàbregas recoge un balón en el lado derecho del ataque, se gira, mete un balón en profundidad a Adebayor, pase de la muerte y Van Persie llega desde atrás para empujarla. Gol típico de los chicos de Wenger. El segundo llega a cinco minutos del descanso. Los papeles se intercambian y es Van Persie quien asiste de córner para que Adebayor marque con un remate picado de cabeza.

La reanudación arranca con el mismo guión. Balón del Arsenal y en tres minutos llega el tercero. Presión de Gallas en banda derecha que roba el balón, la cede para Walcott que se la deja a Van Persie. Regate sin tocar el balón y la cruza con el exterior de su exquisita zurda. El show del 'passing game' crece con el paso de los minutos. Los 'gunners' consiguen el cuarto por medio de un penalti sobre Bendtner que transforma Adebayor, pero bien podía haber llegado antes si Walcott, Nasri o el propio togolés hubieran andado más acertados. El partido termina con más ocasiones para los de Wenger de la mano de Bendtner y Vela.

El Arsenal demostró que la derrota ante el Hull fue sólo un accidente. Anoche todo el equipo rayó a un nivel muy elevado. Adebayor no paró de moverse con buenos desmarques, Van Persie ayudando al centro del campo y definiendo -esperemos que le respeten las lesiones-, la velocidad de Walcott en banda, los detalles de calidad de Nasri, lo que crece Denilson cuando juega al lado del líder Fàbregas. Y no hay que olvidar las incorporaciones de Sagna y Clichy. Y es que cuando el 'passing game' funciona, lo mejor que puede hacer uno es sentarse y disfrutar.

Leer más...