El partido entre Senegal-Turquía iba 0-0 cuando en el minuto 67 sale al terreno de juego el protagonista del partido, Ilhan Mansiz. Este delantero, que por entonces tenía 27 años, jugaba en el Besiktas y era un cambio habitual del técnico Senol Gunes. Participó en todos los encuentros anteriores del Mundial saliendo desde el banquillo, pero ese día Mansiz marcó el gol de oro que clasificó a los turcos para semifinales. En las semifinales volvió a salir desde el banquillo pero nada pudo hacer para acabar con los brasileños, encabezado por un magnífico Ronaldo. Eso sí, nos dejó un detalle de calidad en un intento de regate sobre Roberto Carlos. En el partido por el tercer y cuarto puesto, el técnico otomano le dio la oportunidad de salir en el 11 y no la desaprovechó. Marcó dos goles en la victoria sobre Corea en uno de los mejores partidos del torneo.
Esta explosión en un escenario como el Mundial podría traerle un contrato en una liga mayor. Pero todo lo contrario, Mansiz desde el 2002 ha pasado desapercibido para el panorama internacional, ayudado también por las ausencias de Turquía en la Eurocopa de Portugal y el Mundial de Alemania. Siguió en el Besiktas una temporada más y en la 2003/2004 fue traspasado al Vissel Kobe japonés. En su estancia por tierras asiáticas no tuvo suerte porque tuvo una grave lesión que le obligó a estar parado casi un año y volvió a Europa. El Hertha Berlin le dio la oportunidad de volver a los terrenos de juego y 11 meses después debutaba en el segundo equipo del Hertha. Sin embargo, casi dos meses después de volver, el club capitalino decide no retenerle y regresa a su país para jugar en el Ankaragücü. Allí jugó la pasada temporada y ahora, a sus 31 años, se encuentra sin equipo y más cerca de la retirada que de volver a un terreno de juego.
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